domingo, 27 de diciembre de 2015

Ecos de silencio

Sonará en mis entrañas un eco del pasado.
Aquel cobarde que fue la montaña dirá que ya era hora.
Pero ya sin besos, sin miradas, casi sin recuerdos...
La montaña sigue erguida creando eco de sonidos hermosos
y el eco muere sin dejar rastro.

Yesenia Pineda


domingo, 20 de diciembre de 2015

Puzzle roto

Miras a tu alrededor y te das cuenta: no hay nadie, sólo estás tú. Entre diversas formas de alegría y jolgorio la gente vive, pero tú llegas a entender la magnitud de tu soledad. Sientes el peso que cae sobre ti y a la vez que tu ánimo encoge las pupilas se tiñen de un color indeterminado con nombre de sentimiento. Es triste averiguar que existen varios tipos de sonrisas. Ver la alegría infantil te pone triste, porque entiendes que aquella época pasó y nunca supiste ver que tu inocencia era una causa y que a su consecuencia ahora la llamas felicidad. Aprendes a vivir un momento de plenitud a través de la risa de un niño que la mayoría de las ocasiones ni siquiera conoces. Admiras la belleza que te rodea, con ansia, como si una camisa de fuerza te impidiera tocarla y poseerla. Ves gente en todo lo alto que no sabe sonreir mientras tú aún sonríes con cualquier excusa en un infructuoso intento de subir un peldaño. Gente en todo lo alto que desprecia lo sublime mientras tú no dejas de apreciar lo ínfimo. Te agarras a lo pequeño como si así lograses levantar la losa que te aplasta. Pides ayuda a gritos y nadie parece oirte.

No encajas.

Ningún lugar es tu lugar.

Tus momentos pasan veloces y tus tristezas se quedan incluso en tus alegrías. Buscas sin hallar, temiendo que no exista. Las ilusiones se derramaron por el camino y mirando atrás en lugar de ver un camino trazado ves el abismo al que has caído. Lo hermoso te pone triste y te hace llorar con una tristeza que jamás imaginaste, un llanto que dejó de ser angustia para convertirse en resignación. Ninguna verdad que haya pasado a la historia y perdurado a través de los siglos puede ya convencerte de su certeza. El desánimo te ha poseído y ya la soledad es una compañera, a veces más deseable que cualquier persona pues, al fin y al cabo, jamás llegará a culminar esa comprensión profunda que esperas. El silencio, al menos, no pronuncia palabras estúpidas o vacías. Si te miras al espejo, justo en lo más oscuro de tus pupilas, encontrarás esa resignación. Seguidamente, miras el rostro donde habitan esos ojos ya casi desconocidos y tus manos querrán romper el espejo.

No encajas.

Ningún lugar es tu lugar.

Ni siquiera tu propio cuerpo.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Tú y yo no somos nuestros

Yo no te pertenezco. Y no, tampoco tú me perteneces. Simplemente, nos queremos, y no hay que confundir el sentimiento del amor con el sentimiento de propiedad.

 Yo te quiero, adoro cómo soplas tu flequillo cuando se te cae a los ojos, me encanta cómo te haces un lío con las indicaciones y disimulas para que no se te note. Me saca de quicio cuando dices que harás algo y no lo haces, y te daría de tortas cuando ni tú mismo te entiendes, pero por esas cosas también te quiero... Sí, también por ellas, aunque me hierva la sangre en el estómago. Yo seré una pesada tantas veces que te sacaré de quicio, y tendré tantas manías que te volveré loco, también de amor. Pero tú no me perteneces y yo no te pertenezco, si a pesar de todo seguimos siendo capaces de mirarnos a los ojos y sentir que perdemos el equilibrio durante una milésima de segundo, como si cayéramos al vacío... si seguimos llorando de risa por cosas que sólo tú y yo entendemos... si la zozobra de uno convierte al otro en sostén implacable en el que apoyarse y recuperar fuerzas... si seguimos, en definitiva, queriendo pertenecer el uno al otro... Nunca me pertenecerás ni yo te perteneceré, los corazones no se poseen, las almas son libres, pero tú y yo seremos un gran equipo. Aparentemente mío, aparentemente tuya, sólo por el mero deseo de poseernos.

® Yesenia Pineda - La Posada de las Transgresiones.

martes, 24 de noviembre de 2015

La virgen se está peinando

Fuimos dos dementes al borde de un abismo de fuego, dos desconocidos que perdieron las formas y se bebieron los minutos compartidos como el agua un sediento. Nos conocimos cuando nos reconocimos.

De repente, decidimos construir un puente en ese abismo, no fuera a ser que nos cayéramos y nos quemásemos, decidimos que había que mantener las formas, y el sediento cambió el agua por varios cafés cordiales en una terraza soleada, intentando mantener nuestros corazones mirando hacia otro lado, no fuera a ser que...

® Yesenia Pineda - La Posada de las Transgresiones.

martes, 17 de noviembre de 2015

Hay que dejar ir a quien nunca hizo nada para quedarse.

Hay que dejar ir a quien nunca hizo nada para quedarse, a esas personas de sentimientos temporales que nos hicieron invertir tiempo e ilusiones. Dejar ir requiere valentía, pero lejos de aceptarlo como un final, debemos verlo como el principio de algo nuevo.

¿Quién no se ha visto obligado en alguna ocasión a tener que cerrar una etapa de su vida? En ocasiones lo llaman “cerrar círculos“.

No obstante, esta idea de la circularidad más que darnos la visión de algo que se cierra con un inicio y un final, nos hace visualizar más bien una entidad que nunca termina, como una especie de uróboro o eterno retorno. Debemos ver esas etapas de nuestra vida como una línea por las que avanzar, por las que fluímos a medida que crecemos.

Y para crecer, nos desprendemos de ciertas cosas, a la vez que ganamos otras. La vida es un avance imparable que nos abruma y que nos quita el aliento, y de nada nos vale quedarnos encallados en algo o alguien que nos hunde hacia abajo como la piedra que cae por un pozo.

Quien no nos reconoce, quien nos hace daño y erosiona nuestro ser, nuestra esencia como persona, está vulnerando nuestro crecimiento.

Ahora bien, puede que nos cueste darnos cuenta, que no deseemos verlo durante un tiempo, pero la infelicidad es algo que nadie puede esconder. Duele, marchita y nos apaga. Así que no lo permitas. En la vida siempre llega un momento en que es mejor soltar, dejar ir…

Hay que dejar ir hasta a quien nos abandonó

El dejar ir, el cerrar una etapa de nuestra vida no se refiere solo a decir adiós a quien comparte vida con nosotros, en un acto de decisión o valentía.

Es posible que no seas tú quien abandona, puede que en realidad, hayas sido el abandonado. En este caso, la idea de soltar, de asumir esa ruptura y avanzar de nuevo hacia delante, es algo vital.

Debemos dejar ir a quien nos ha abandonado, porque de no hacerlo, seguiremos aferrados a un sinfín de emociones negativas que nos van a herir cada día más. Y los responsables, seremos en esta ocasión nosotros mismos.

Cerrar ese ciclo de nuestra vida en el cual existe aún el dolor desgarrador del abandono, requiere tiempo. El duelo debe vivirse, llorarse, asumirse y más tarde, aceptar lo ocurrido hasta lograr llegar al perdón. Una vez cauterizada la herida y cuando nos encontremos libres de cargas al haber podido perdonar, nos sentiremos más ligeros para dejar ir con la máxima plenitud.

domingo, 15 de noviembre de 2015

El desolado corazón.

Y allí se nos quedó la lagrima contenida, la mirada perdida, el alma a punto de quebrarse, allí en ese mismo instante tan diferente, tan fugaz, tan distinto a los demas, allí donde nos refugiabamos, donde permanecian recuerdos imborrables, allí fuimos a parar al desierto desolado de la indiferencia, a la pesada rutina del dar y no recibir, allí se quedaron paciencia, amor, amistad, risas, confidencias, infortunios, llantos, y pasión, allí en ese colchón de seguridad que tenías, y que perdías allí justo debajo de tí, pisando lo que querías, respetabas, amabas y comprendías, allí se quedó... el corazón cayó en mil pedazos, ahora que todo quedo allí, me siento libre ya no tengo nada de tí, gracias por quedarte con lo unico que no quería, alguien como tú.

Carta de despedida a una relación acabada

Se me agotó la paciencia. Lo siento mucho. Te quiero, pero ésto se acabó. Ya no puedo conformarme más. Sé que no soy feliz y que ya llevamos demasiado tiempo en una situación que no tiene salida, ha perdido el sentido insistir en mantener algo que tarde o temprano terminará. Prefiero que sea ahora, antes de que nos hagamos tanto daño que sea imposible que podamos mirarnos a la cara con cariño, tomar un café de vez en cuando para charlar de las novedades de nuestra vida, sonreírnos, decir que aún nos tenemos un poco de cariño... prefiero que lloremos ahora y no perdernos para siempre, en todos los sentidos.

Te quiero, pero ya no basta con que yo lo sienta y tu estés a mi lado, necesito saber que tú también estás dispuesto a apostar por mi, a realizar el esfuerzo necesario para que juntos salgamos adelante, que estás dispuesto a pararte a comprenderme, apoyarme, ayudarme... en resumen, necesito saber que tú estás dispuesto a entregarte en la misma medida en que lo hago yo.

Hace mucho que no dejo de preguntarme hacia dónde vamos, o mejor dicho... ¿por qué no vamos hacia ninguna parte? Estamos estancados en una relación que parece girar en torno a ti, a tus deseos, expectativas, impulsos... En mi intento de hacerte feliz te he concedido tantos caprichos que ésto se ha vuelto egoísta, ya no es "lo nuestro" sino "lo tuyo". Yo ya no importo: tu supremacía se ha vuelto una costumbre, un deber, el pilar de nuestra relación, y no es culpa tuya sino mía, por haber querido ser tan complaciente y haberme ocupado demasiado de lo que tú necesitabas y querías y demasiado poco de lo que quería o necesitaba yo. Te acostumbré a ser un niño mimado y consentido. 

Siento que eres injusto, y cierto que la situación lo es, pero no voy a engañarme, fui yo la injusta conmigo cuando me asigné a mi misma la obligación de concederte todas tus peticiones, caprichos y deseos. Fui una ingenua, pensé que tu harías lo mismo conmigo y nos enredaríamos en una preciosa espiral en la que cada uno se ocuparía del otro más que de si mismo, que caeríamos sin esfuerzo en una relación tan perfecta y feliz que nos llenaría a ambos en todos los sentidos. Pero eso ya no es así, ninguno de los dos somos felices. Tu no me atiendes como me gustaría, y yo ya no puedo atenderte como hasta ahora porque me siento vacía. Ya no se como seguir adelante contigo, no se como cambiar nuestras rutinas y empezar de nuevo una relación sana, no se hacerlo sola y, para ser sincera, creo que tu no estás de acuerdo conmigo en los puntos flacos de nuestra relación. Por eso no podemos seguir adelante aunque nos sigamos queriendo, y no importa si yo te quiero más que tu a mi, o viceversa, no quiero profundizar en discusiones o buscar culpables, lo que realmente importa es que te quiero lo suficiente como para dejarte antes de odiarte.

Voy a darte las gracias, ya que debido a lo nuestro he aprendido que estar con alguien no requiere una dedicación absoluta, que querer a alguien no significa que deba olvidarme de quererme u ocuparme de mi misma. Querer a alguien no significa ser dos mitades que deben estar juntas para estar completas, como eso que se dice de las medias naranjas... No, querer a alguien significa quererte tanto a ti mismo que sabes querer a otra persona de una manera sana, ser dos personas completas que juntas se hacen invencibles, conocerse y, aún así, quererse, saber cuáles son las fortalezas de cada uno pero también las flaquezas, trabajar juntos en la misma dirección, ser un equipo con las mismas metas, confiar y ganarse la confianza del otro, ser conscientes de la suerte inmensa de saber quererse, valorarlo y cuidarlo. Y dicho todo esto me pregunto si no seguiré siendo, de algún modo, una ingenua que aún cree en ese tipo de fortuna, pero aún así necesito intentarlo, porque se exactamente lo que quiero y estoy ansiosa por luchar por ello, por lograrlo, por vivirlo y disfrutarlo... Y tu te mereces lo mismo, te mereces al menos la posibilidad de aprender de nuestros errores, corregirlos y poder construir con alguien algo que sea valioso y fuerte, algo que te haga feliz. 

Ya ves... Quizá te quiera tanto que te esté dejando libre para que puedas ser feliz, pero es que también me he dado cuenta de que no puedo vivir sin quererme a mi misma, sin sentir que soy lo más importante para alguien, porque no entiendo que el amor pueda ser de una manera distinta a como yo lo entiendo, un amor en el que se entrega todo porque estás seguro de no equivocarte, porque los miedos son sólo fruto de malas experiencias pasadas y deben quedar ahí, en el pasado, y no permitir que estropeen el futuro... El amor no puede darse desde detrás de un muro... Te quiero, pero lo mejor que puedo hacer por nosotros es terminar con esto y animarte a que mires al futuro con una amplia sonrisa de esperanza igual que hago yo. 

Te quiero, y sé que me quieres, pero ninguno hemos sabido querernos de la forma correcta. 

® Yesenia Pineda - La Posada de las Transgresiones.

Recuerdos lejanos

Aléjate tanto como quieras. Yo observaré desde aquí tu vuelo interminable, ansiando escuchar de nuevo el trino de tus labios. Mi silencio y el tuyo serán la tumba de nuestra bandada de aves. Yo no dejare de llevar flores al cementerio donde quedaron enterradas y por siempre conservaré en mis entrañas el recuerdo de sus cantos.

® Yesenia Pineda - La Posada de las Transgresiones.

Humillar al pasado

Como si no fuese nada y sin darle importancia, así se humilla al pasado más presente mientras se arrastra por el suelo al idealizado. 
Expúlsame con desprecio y no con lástima. 
Huir es de cobardes y estuve a punto de ser la más cobarde del mundo. Debí haberlo sido. Yo me habría arrepentido. 
Quédate si quieres. Yo ya me marcho.
® Yesenia Pineda - La Posada de las Transgresiones.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Desde el infinito

A veces te miro desde el infinito.
Sonrío al entregarme a tus sonrisas.
Lloro al sentir caer sobre mí tus lágrimas tibias.
No existe otro espíritu más libre.
Como gota de agua que golpea la piedra y,
persistente, la horada...
Sin reservas, mi presente
viajando desde la nada...

® Yesenia Pineda - La Posada de las Transgresiones.

¿Dar explicaciones?

Adoro a las personas que dan explicaciones. Una explicación a tiempo evita malentendidos, calma la conciencia de quien la da y la inquietud de quien la recibe. Además, una explicación a tiempo produce una interesante situación: la persona que la da muestra el reconocimiento de la naturaleza humana propia y ajena con sus errores y aciertos, miedos y carencias y una comprensión de la necesidad ajena de entender. Pero lo más importante de todo es que una explicación válida y sincera es una gran muestra de respeto de quien la da a quien la recibe. 

Y es por todo esto por lo que creo que dar explicaciones engrandece a las personas y, por la falta de valor que le dan a todo lo anterior, detesto a quienes no las dan.

® Yesenia Pineda - La Posada de las Transgresiones

viernes, 13 de noviembre de 2015

El clarinetista

Voy a entregarme al éxtasis de acariciar tu cuerpo.
Quiero sentir entre mis manos tu tacto secreto.
Aquí mismo me paro.
La gente alrededor no es nadie.
Cierro mis ojos y así me entrego...
Ya no soy yo, sólo te sigo.
Yo te incito y tú me arrastras.
La gente alrededor no es nadie
y nadie mira.


® Yesenia Pineda - La Posada de las Transgresiones.
(Imagen y texto)


jueves, 12 de noviembre de 2015

Mi costumbre de contar canciones

Cuento las canciones que restan para volver a sentir tu aliento en la comisura de mis labios,
cuando los segundos se confunden con siglos y los siglos pasan volando. No sé decidirme entre el sentimiento y el resentimiento, y no sé cuál de ellos vencerá con el transcurso del tiempo, o si los abatirá la costumbre de tu ausencia.

Mis ojos se aburren de no verte, pero mi corazón se queda sin espacio para más congoja y a ratos la espera se viste con el traje de una película con guión inverosímil escrito para soñadores. Sólo es el comienzo, el principio del camino hacia un paisaje yermo y extenso, es un desierto donde no habrá agua y el alimento será sólo el recuerdo y mi empeño, mi fe en las cosas sin sentido, aquellas donde yo me entrego cuando a otros los pies se le anclarían en la tierra y desistirían.

Seguiré contando y cantando canciones, una tras otra, sacando sentidos y contextos en frases que no van dedicadas a nosotros, seguiré encerrando la tristeza en un cofre con llave y aparentando carcajadas, soportando mi propia incomprensión, ignorando que me duele y convenciéndome de que soy orgullosa y que con dirigir la barbilla hacia arriba el tiempo pasará veloz y un día me encontraré, sin esperarlo, obteniendo la solución a las dudas.

Seguiré... porque soy sólo una estúpida y suicida Julieta que cree en Romeos... mientras sea capaz de mantener mis pies en el aire...

® Yesenia Pineda - La Posada de las Transgresiones.
(Imagen y texto)

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Cuando pase el tiempo

Pasará el tiempo.
Mis labios quedarán sellados y mi oído ausente.
Dejaré que la brisa me lleve a alguna parte,
allá donde ella quiera
sin hacer preguntas,
sin esperar respuestas.

Pasará el tiempo
e iré cerrando mis ojos,
no por miedo a ver...
Los cerraré sin más,
caminaré a oscuras, ya sin miedo,
tanteando a ciegas el destino.

Pasará el tiempo
y se helará mi tacto,
se detendrá mi sangre,
mi corazón descansará, muerto,
mientras lo acunan mis manos.

Pasará el tiempo
y todo habrá acabado.


® Yesenia Pineda - La Posada de las Transgresiones.

Amarnos y luego amarte

Que aparezca de la nada y que te mire, que se siente a escucharte, que te arrope, que no dude en los dias que pasó contigo ni en los que quiere pasar, que haga de un día de lluvia uno de sol, y que el día nublado lo convierta en lo más alegre y divertido, que el sitio en su hombro sea mas importante que la pelicula, que al dormir sientas su abrazo y su calor, que nunca se le olvide besarte y mirarte antes de no veros por unas horas, días o minutos, que te quiera en pijama, de fiesta o con gripe, que te sonria sin más simplemente porque al mirarte sienta felicidad, que se ria contigo y no de tí, que tenga la certeza de que quiere envejecer a tu lado, que los detalles mas importantes sean sus besos, que esa primera cena os lleve a una cocina juntos y a una copa de vino inacabable, pero recuerda, antes de que un hombre te colme de todo, deberemos amarnos nosotras sin prisas, con risas y con nuestro propio amor.

martes, 10 de noviembre de 2015

Cuando dudes, grita ¡FUEGO!

Venga, salgamos huyendo, hagamos honor a la palabra cobarde. Corre, rápido, no vaya a ser que la realidad te alcance y te des cuenta de que estas haciendo el imbécil.

Acabemos con esto por la puerta de incendios y saliendo en desorden, que aunque el fuego es de caramelo, aún así quema, y eso da un miedo horroroso, tanto como los regalos de cumpleaños, las tartas de chocolate y los conejitos blancos con lacitos rosas.

Si, estoy ridiculizando tu absurdo miedo a que te suceda algo bueno. Y si, ya se que crees que no te lo mereces, pero ¿sabes que? Lo que tienes que hacer es merecerlo, idiota, en lugar de tanto quejarte. Así lo único que consigues es dejar de merecerlo y luego llorarás diciendo que todo lo malo te pasa a ti.

Venga, cobarde, échale lo que fríes con patatas y en lugar de dinamitar tus oportunidades haz las cosas bien y no seas tu peor enemigo. Deja de pagar lo bueno con monedas de barro y estiércol, que en la tienda de la vida por esas monedas lo que te van a dar es una patada en el culo.

¿Ves? Así te sientes, que no te quieres nada y te respetas aún menos. Pero oye, que la culpa es tuya, así que no lloriquees ni te pongas en plan matón de circo, que en el circo lo que hay son payasos.

Pero si es que eres tonto, tienes la suerte que otros quieren y tu ahí, buscando las mejores maneras de escoger el camino cómodo e inventando razones para justificar tu apatía. Que eres tonto, y punto.

Con lo cual, amigo, a mi no me vengas con llantos ni lamentos, que cada uno es arquitecto de su propio destino, y si quieres ir de Málaga a Albacete no te empeñes en ir en barco, o hazte un río y ve como te de la gana, pero no te quedes llorando parado en la autopista porque tu coche es demasiado bueno para ti.

Anda y espabila, que estás muy dormido. Coge tu vida por los cuernos y haz de ella algo que merezca la pena.

® Yesenia Pineda - La Posada de las Transgresiones.
Fotografía extraída de la red.

Exitus letalis

Transfórmate en calor que me haga cenizas.
Vístete de valor.
Vuélvete orden que me desordene.
Hazte dolor.


Navega en puertos prohibidos
y calma mi sed.
Enfúndate en tu abrigo de aventura.
Rasga mi piel.

Sacúdeme el polvo, seca mis lágrimas.
Purifica tus pecados en mi sangre.
Aclama mis victorias
y censura mis lamentos.
Conviérteme en diminuta partícula.

Hazme creer.
Grábate a fuego en mis entrañas y luego...
¡lárgate!

® Yesenia Pineda - La Posada de las Transgresiones.
(Imagen y texto)

lunes, 9 de noviembre de 2015

El amor que murió antes de nacer

El amor es incierto, a veces viene en forma de cafe, de risas, de charlas, de desconciertos, de conciertos, de amores furtivos, de amantes inquietos dispuestos a amarse en una cama de hotel, se ve lejano pero se siente cerca, una cena, una invitación a lo prohibido, un helado en invierno para cambiar los tópicos, escapadas rurales para las risas profundas, pero el amor es bonito en todas sus formas, nunca renuncié a ello solo espere el tiempo suficiente para estar preparada para que me amasen, yo amé hasta la locura, mantuve mi convicción de que el amor todo lo puede y mueve montañas y fallé, pero no lo hice porque renunciará a ser feliz ni porque no creyese en el amor, sino porque esa persona no era la persona que tenía que amarme, ni devorarme con los ojos, ni decir mi nombre y sonreir, ni quererme a escondidas o gritarlo, esa persona era la que me enseñaría que no se hace daño a quien se quiere, ni se juega con su corazón, no se mantiene un amor furtivo cuando solo buscas refugio, no se daña a quien te valora, comprende o sigue a tu lado, amar se puede amar de muchas formas pero el dolor no es una forma de amar aún, hoy es un día gris en el calendario, hoy ya no quedan rosas secas, no quedan recuerdos, hoy he decidido quererme... gracias porque ahora sé que nunca debe darse todo por nada.

El amor nace, transcurre y muere, ese amor murió en el transcurso de nacer.

Mariposas en el estómago

Yo siento la llegada del frío, la siento tanto que se me llena el estómago de mariposas. Noto las ausencias de calor con todas sus consecuencias, y también noto las presencias que se manifiestan como un viento helado cortando la piel, que te envuelve y te abraza, que obliga al corazón a ejercer ese fuerte latido que caliente las arterias. 

Me acomodo sin rechazos a ese abrazo rudo y pleno de nostalgias. Yo siento la llegada del frío, la siento tanto que se me llena el estómago de mariposas... no sé vosotros. Cierro los ojos y me mudo al sol. ¿Por qué habría de quedarme donde se hielan las almas?

® Yesenia Pineda - La Posada de las Transgresiones.

El reflejo

Ni mirandolo a traves de otros ojos conseguiria verlo del mismo modo que una vez lo miró, como cayó en picado se preguntaba, ¿Como se dejo caer? preguntaban los que la conocian, nadie sabe que paso solo se dieron cuenta y murmuraban que al acabar aquel libro que leia desde hace tiempo fue la ultima vez que la escucharon llorar.

Ana Benitez- La Posada de las Transgresiones

Ante ti

Susurro palabras mudas al oído de tu cerebro y me sorprendo, pues de repente me miras. Me quieres, te quiero y te sonrío. No te estremezcas, sólo voy a darte un beso. Intuyo tu sonrisa y me miro en el reflejo endulzado que me devuelven tus ojos, los ojos más oscuros y brillantes que he visto jamás. Tu rostro se vuelve amable si me mira.

Por fin veo que no soy la única capaz de andar a tientas.

® Yesenia Pineda - La Posada de las Transgresiones.